EUROPA
PRESS
20 julio
2021
El
uso de las mascarillas está "disparando" las cirugías maxilofaciales
El uso de las mascarillas con motivo de
la pandemia de COVID-19 ha permitido que algunas personas se decidieran a dar
el paso para llevar a cabo determinadas intervenciones, como, por ejemplo, las
de cirugía ortognática, una intervención quirúrgica que se encarga de corregir
las deformidades dento-craneo-maxilofaciales
mediante movimientos óseos maxilares y mandibulares, para lograr el equilibrio
perfecto entre todas las características faciales del paciente.
"El uso de las mascarillas ha provocado que muchas
personas se hayan decidido a dar el paso sabiendo que les ayudarían durante el
posoperatorio, ya que cubrirían parte de la cara y no se vería la operación",
explica el doctor Federico Hernández-Alfaro, director del Instituto
Maxilofacial englobado dentro del Centro Médico Teknon.
De esta forma, se ha visto cómo el número de esas intervenciones se ha
incrementado en un 30 por ciento en su centro.
Dentro de esta cirugía ortognática, uno de los
procedimientos principales es la cirugía ortofacial,
que incluye procedimientos y técnicas destinados a corregir, mejorar o
modificar los elementos faciales relacionados con la boca, la nariz, los
pómulos, los ojos y el contorno facial, y que harán que el nuevo rostro del
paciente, después de la cirugía ortognática, tenga la mejor armonía posible. No
se trata solo de intervenciones con una finalidad estética, sino que en
ocasiones también con ellas se busca una importante corrección y mejoría de las
condiciones funcionales.
Durante el tiempo de pandemia, muchas personas han sido más
conscientes que nunca de sus propias caras. El teletrabajo y las conferencias a
través de plataformas como Zoom y similares, así como una mayor presencia en
las redes sociales, han motivado que muchas personas tengan más presentes que
nunca las cosas que les gustaría arreglarse.
"Sumado a eso, tenemos que muchos han ahorrado durante
este año y medio, al no poder realizar muchas actividades, como viajar o ir más
a menudo a restaurantes y locales de ocio, por lo que han podido disponer de
dinero suficiente para afrontar esas intervenciones y mejorar aquello con lo
que no estaban satisfechos", apunta el experto.
Normalmente, este tipo de intervenciones requería, después
de la operación, entre dos y tres semanas para poder recuperar la vida normal.
El fomento del teletrabajo también ha hecho posible que muchas personas puedan
incorporarse antes a sus puestos y facilitar de esta forma que se decidan a
llevar a cabo la intervención.
"Este mismo incremento de las teleconferencias también
nos ha permitido captar a más pacientes internacionales, que ahora no tienen
por qué venir hasta Barcelona para una primera consulta, sino que es posible
hacerlo por videoconferencia y después, gracias a una planificación 3D, pueden
ver cómo será el resultado, teniendo solo que desplazarse para la
operación", detalla el doctor Federico Hernández-Alfaro.
Una de las principales motivaciones funcionales a la hora de
decidirse por una intervención de cirugía ortofacial
es la de mejorar la capacidad respiratoria del paciente. Cuando la mandíbula o
el maxilar son muy pequeños, esto produce que la vía aérea sea más estrecha y
sea posible desarrollar una apnea del sueño obstructiva.
"Hay que tener en cuenta que constituye uno de los
problemas de salud pública más importantes, en la actualidad. En España puede
afectar a entre un 6 y un por ciento de la población, con importantes
repercusiones desde el punto de vista de la salud", comenta
Hernández-Alfaro.
En los casos más leves de apnea del sueño, se suele
recomendar algunos cambios en el estilo de vida, como adelgazar o dejar de
fumar. Cuando está ya adquiere el grado de moderada a grave, existe una máquina
que ejerce presión de aire por medio de una mascarilla mientras el paciente
duerme. La presión del aire es algo mayor que el aire del ambiente y suficiente
para despejar las vías respiratorias. Sin embargo, esto no es un tratamiento
curativo, solo paliativo.